01 de noviembre del 2025
Génesis 1:1-5
DIOS ESTÁ PRESENTE
“Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Génesis 1:2
¿Alguna vez te has quedado observando a una gaviota planear sobre el mar? Hay algo casi mágico en su forma de flotar sobre el viento, desafiando las olas con calma majestuosa. Aunque todo abajo parezca un caos, el ave se mantiene suspendida, confiada, serena. Esa es justamente la imagen que la Biblia usa para hablarnos del Espíritu de Dios en los primeros momentos de la creación. Cuando todo estaba oscuro, vacío y desordenado… Dios ya estaba allí. Su Espíritu no se quedó distante. “Se movía” —como quien revolotea con ternura— sobre las aguas. La palabra hebrea sugiere el movimiento amoroso de un ave que cubre su nido, cuidando lo que aún no ha nacido, protegiendo lo que está por formarse. Qué mensaje tan poderoso: desde el principio, Dios ha estado presente en el desorden. No como un juez distante, sino como un Creador atento, como un ave amorosa que protege y transforma. Y si eso hizo con el mundo, ¡cuánto más lo hará con tu vida! Es lo que Él hace con su pueblo al compartirle esta historia en su peregrinaje en el inhóspito desierto (Deut. 32:10). Este mes, nos detendremos a mirar hacia el cielo, a observar las aves y a redescubrir a través de ellas cómo es nuestro Dios: tierno, fuerte, sabio y cercano. No estás solo en el caos. El Espíritu de Dios aún se mueve, y Él sigue creando belleza donde antes sólo había confusión.
Dios amoroso, ayúdanos a ser conscientes de cómo te ciernes sobre nosotros, cuidándonos, protegiéndonos y sosteniendo tu creación día con día. En Jesús, Amén.
Jesús dijo: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:26). Además de muchas otras cosas de la creación, como las rocas, los árboles, el agua y las flores del campo, Jesús nos hace un llamado a prestar atención a las aves para reflexionar y comprender mejor el amor y el cuidado que Dios tiene por nosotros. Dios ha hecho de las aves una parte hermosa de su creación. También son símbolos y ejemplos de su gran historia de redención, recordándonos la presencia de Dios y la paz que nos trae. En su gracia, Dios nos habla a través de su maravillosa creación para que podamos participar plenamente en sus promesas.
Julia Prins Vanderveen
Trabaja y vive en Vancouver, Columbia Británica, con su esposo, Trevor, y sus tres hijos. Julia ha trabajado junto con su esposo pastoreando una iglesia en Vancouver. También es capellán y profesora de humanidades en la Escuela Cristiana de Vancouver.