Génesis 1:20-26
LEVANTA LA MIRADA
“Dijo Dios: Produzcan las aguas […] aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos”. Génesis 1:20
Hay momentos en que la vida da giros inesperados. Piense en la gente que ha crecido rodeada de campos abiertos, cielos despejados y sonidos tranquilos. De repente, un día tiene que mudarse a la ciudad y lo que encuentra son edificios altos, concreto por todos lados, un ruido que no cesa, y una sensación de desorientación. Es fácil sentir que has perdido el rumbo o que has dejado atrás algo valioso.
Pero incluso en medio del bullicio urbano, si levantas la mirada, verás que Dios sigue hablando. Las aves que vuelan en la expansión de los cielos —las mismas que Dios creó desde el principio— siguen ahí. Están en los árboles de los parques, posadas en los cables de luz, dejando oír sus cantos a través de tu ventana. Y algunas de estas aves se han adaptado admirablemente a su nuevo estilo de vida.
Dios, que en el principio llenó los cielos con alas y trinos, sigue recordándonos que su presencia no se limita al campo o a los paisajes tranquilos. Él está también en medio del asfalto y la prisa. Aun si te sientes fuera de lugar, mira a tu alrededor. Hay belleza, hay provisión, hay señales del cuidado de Dios por toda su creación… incluida tu vida. Así como Él se deleitó en llenar los cielos con aves, también se deleita en llenar tu día con esperanza. No importa dónde estés, levanta la mirada. Dios sigue allí.
Amoroso Dios, gracias por las aves que nos recuerdan tu cuidado constante. Ayúdanos a ver tu provisión en nuestras vidas y apreciar las oportunidades que nos das. En Cristo, Amén.