15 de marzo del 2021
2 Corintios 6:14-7:1
MANTENIENDO LA LIMPIEZA
“Por eso debemos mantenernos limpios de todo lo que pueda mancharnos, tanto en el cuerpo como en el espíritu”.
2 Corintios 7:1
Cuando pecamos, podemos intentar encubrirlo, pero no sirve de nada porque Dios lo sabe todo. Confesar es lo mejor para el alma. Cualquiera que entiende el poder adictivo del pecado también suspira por la limpieza del perdón, la inocencia perdida, y la integridad de cuerpo y alma. Y para eso debemos regresar a casa, volver a la presencia purificadora de Dios por medio de Jesucristo. La castidad, como la caridad, comienza en casa.
En la presencia de Dios aprendemos que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, quien lleva los gemidos de nuestra impureza ante el trono de Dios. Y Dios dice: “Estás limpio, por amor de Jesús”. Reanimados por el amor de Dios, continuamos caminando con él. No somos inocentes de nuestras pasiones y deseos, pero somos purificados por su gracia y maravillados por su asombroso perdón. Hemos sido limpiados por la obra de Jesús, quien pagó con su vida para salvarnos en cuerpo y alma.
Pero queda trabajo, porque la necedad nunca deja de invitarnos a disfrutar de los dulces robados. Ella espera que olvidemos que sus puertas conducen a la muerte (Proverbios 9:13-18). Ella es persistente, pero no está a la altura del Espíritu de Dios. Debido a que somos el templo del Espíritu Santo, podemos alejarnos de la tentación y seguir siendo limpiados de toda contaminación de cuerpo y alma.
Crea en mí, oh, Dios, un corazón limpio, y que mi espíritu y mi cuerpo estén en casa contigo. Amén.
Esta simple pregunta tiene respuestas complicadas. Tal vez usted está sentado en una silla cómoda en la sala, o frente a su computadora en su oficina o sosteniendo un teléfono mientras camina. Esas son respuestas geográficas a la pregunta, y también podrían no ser de mucha ayuda, como si respondiéramos “en el planeta Tierra” o “dándole la vuelta al sol como todos los días”. Pero “¿Dónde estás?” podría estar buscando una respuesta espiritual. Dios hizo esa pregunta a Adán y Eva en el Jardín del Edén, después de que cayeron en el pecado (Génesis 3:9). Y nos hace esa pregunta hoy. No está buscando una respuesta física. Quiere saber dónde estamos en nuestro caminar con él, dónde estamos espiritualmente. Nuestro tema de marzo para las devociones del Cada día, nos ayudará a responder a esa pregunta. Vamos a examinar las dificultades y tentaciones que enfrentamos en la vida cristiana y veremos cómo podemos ser fortalecidos para luchar contra el pecado. Y cerca del fin de mes seguiremos a Jesús mientras viaja por el camino a Jerusalén para ofrecerse en sacrificio por nuestros pecados. Al leer los devocionales Cada día de este mes, ¡que se refresquen, se reenfoquen y se renueven en la Palabra de Dios!
Arie C. Leder
Arie C. Leder fue maestro de Antiguo Testamento en el Seminario Calvino de Grand Rapids, Michigan. Él también sirvió como pastor en Canadá y fue misionero en América Latina por varios años. Arie ha dedicado gran parte de su carrera al estudio del pentateuco y los libros históricos.