02 de marzo del 2021
Mateo 22:34-40
VECINOS EN EL CAMINO
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón… y a tu prójimo como a ti mismo”.
Mateo 22:37,39
Los vecinos pueden dificultar nuestro amor por Dios, pero no por lo que hacen. No fue culpa de Abel que Dios haya preferido su sacrificio, ni del hijo pródigo que su padre quisiera hacer una fiesta costosa a su regreso. Los hermanos mayores se negaron a amar a sus vecinos, es decir, a sus hermanos menores, porque no estaban de acuerdo con el amor de Dios por ellos.
Para caminar con Dios, necesitamos vecinos, sean miembros de la familia u otros creyentes en Cristo—incluso si la única manera de conectarse con ellos es por teléfono o internet. Es posible que algunos vecinos sean desconocidos para nosotros, como el buen samaritano que ayudó al hombre atacado por ladrones. También hay vecinos que pueden ser como una piedra en el zapato: tal vez hay un hermano que no puede estar sin hablar de lo bueno que es; o quizá hay un amigo que continúa recordándote que lo ofendiste, a pesar de haber aceptado tus disculpas.
Caminar con Dios puede ser difícil porque a veces no nos gusta su buen trato a otros, o no nos gusta cómo se comporta nuestro prójimo. La buena noticia es que nuestros vecinos no tienen por qué gustarnos. Lo único que tenemos que hacer es amarlos, como Dios nos amó, cuando no tenía por qué hacerlo. Dale a tu prójimo una buena razón para que te ame.
Confieso, Señor, que es difícil amar a algunos de mis vecinos, y debe ser difícil para algunos de ellos amarme. Derrama tu amor en nosotros. En el nombre de Jesús. Amén.
Esta simple pregunta tiene respuestas complicadas. Tal vez usted está sentado en una silla cómoda en la sala, o frente a su computadora en su oficina o sosteniendo un teléfono mientras camina. Esas son respuestas geográficas a la pregunta, y también podrían no ser de mucha ayuda, como si respondiéramos “en el planeta Tierra” o “dándole la vuelta al sol como todos los días”. Pero “¿Dónde estás?” podría estar buscando una respuesta espiritual. Dios hizo esa pregunta a Adán y Eva en el Jardín del Edén, después de que cayeron en el pecado (Génesis 3:9). Y nos hace esa pregunta hoy. No está buscando una respuesta física. Quiere saber dónde estamos en nuestro caminar con él, dónde estamos espiritualmente. Nuestro tema de marzo para las devociones del Cada día, nos ayudará a responder a esa pregunta. Vamos a examinar las dificultades y tentaciones que enfrentamos en la vida cristiana y veremos cómo podemos ser fortalecidos para luchar contra el pecado. Y cerca del fin de mes seguiremos a Jesús mientras viaja por el camino a Jerusalén para ofrecerse en sacrificio por nuestros pecados. Al leer los devocionales Cada día de este mes, ¡que se refresquen, se reenfoquen y se renueven en la Palabra de Dios!
Arie C. Leder
Arie C. Leder fue maestro de Antiguo Testamento en el Seminario Calvino de Grand Rapids, Michigan. Él también sirvió como pastor en Canadá y fue misionero en América Latina por varios años. Arie ha dedicado gran parte de su carrera al estudio del pentateuco y los libros históricos.