17 de febrero del 2021
Romanos 12:9-21
AMOR FRATERNAL
“Ámense como hermanos los unos a los otros, dándose preferencia y respetándose mutuamente.”
Romanos 12:10
La Biblia habla de la iglesia como el cuerpo de Cristo. Es un organismo en que sus miembros dependen unos de otros para su mejor funcionamiento. Pero en las Escrituras también se habla de la iglesia como una familia. Y esta metáfora profundiza en la intimidad y relación que existe no solo entre el Dios, el Padre, y sus hijos, sino también entre los miembros que componen esta familia.
Es por eso que en este pasaje se insta al amor fraternal, es decir, como hermanos de sangre. Debemos amar a nuestros hermanos como los miembros de una familia lo hacen. Ese amor no es una sugerencia, sino una orden. No es una opción, sino un mandamiento. Dejar de amar a nuestros hermanos como miembros de nuestra familia y como hermanos de sangre es desobedecer un precepto divino.
¿Cómo podemos hacer esto? Pablo da la respuesta: “en cuanto a honra prefiriéndoos los unos a los otros”. El amor coloca al otro enfrente de mí. El amor busca lo mejor para la persona amada. El amor se siente bien en dar honra a otro en lugar de buscarla para sí mismo. El amor no es egoísta, sino altruista. No busca su propio interés sino el del otro. ¿Ha amado usted de esta forma? ¿Ha demostrado su amor hacia sus hermanos en Cristo? Solo imagine la diferencia que como iglesia haríamos en esta sociedad en descomposición.
Padre celestial, gracias por regalarnos una nueva familia con la que podemos compartir nuestra fe. Ayúdanos a permanecer unidos en amor. En Cristo Jesús, Amén.
Siento gran alegría al presentar a nuestros lectores el Cada día de Febrero del 2021. Este devocional se ocupa del tema más importante de la agenda cristiana: el amor. No es un asunto trivial o secundario, sino la esencia misma del Evangelio. El amor es el mandamiento más grande. Es el cumplimiento de la ley. Es la manifestación plena de la justicia. Sin amor no hay cristianismo, pues quien no ama no conoce a Dios. Quien no ama al prójimo no puede amar a Dios. Aquellos que fueron transformados por el amor de Dios deben expresar este amor dando su vida por sus hermanos y hermanas. Jesús fue categórico al afirmar que debemos amar a nuestros hermanos como él nos amó. Este amor es el argumento irresistible y la evidencia capital de que somos sus discípulos. Lee estos mensajes rogando a Dios que ilumine su corazón y toque su vida, trayendo transformación en las áreas que necesitan ser restauradas por Dios. ¡Oramos por usted!
Hernandes Dias Lopes
Es casado y tiene dos hijos. Es pastor presbiteriano, conferencista, autor y presentador. Tambien es director del Ministerio en Português “Luz para el Camino”, en Campinas, San Pablo - Brasil.