1 Reyes 18:20-40
RECONSTRUYA EL ALTAR DE SU CASA
“…y él se puso a reparar el altar del Señor, que estaba derrumbado”
1 Reyes 18:30
Israel se había apartado del Señor y de su ley. La nación estaba entregada a la idolatría. El rey Acab era el símbolo de la apostasía y la violencia. Jezabel, su esposa, perseguía y asesinaba a los profetas de Dios. El culto a Baal, el dios cananeo, se impuso al pueblo a fuerza de espada. En este tiempo de crisis política, moral y espiritual, Dios levantó al profeta Elías. Ese hombre fue forjado en el yunque de Dios para ser su atalaya. En el tiempo que Dios determinó, él confrontó al rey Acab, llamándolo perturbador de Israel.
Elías también confrontó a la nación apóstata, desafiándolos a salir a la cima del monte. Confrontó a los profetas de Baal, presentándoles un reto. Se iban a erigir dos altares en el monte Carmelo y tanto los profetas de Baal como Elías, debían clamar a su dios por fuego. Los maestros de la apostasía clamaron y se lastimaron con cuchillos, pero Baal no respondió.
Entonces Elías restauró el altar del Señor que estaba en ruinas y clamó a Dios para que enviara fuego. El fuego de Dios cayó sobre el altar y toda la nación gritó: “¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!”. Hay muchos altares caídos. Si deseamos la presencia de Dios en nuestra vida, en nuestra familia y en nuestra iglesia necesitamos restaurar el altar del Señor que está en ruinas.
Señor, ayúdame a ser un Elías en mi familia y en mi iglesia. Por el amor de Cristo, Amén.