26 de enero del 2021
Salmo 141:1-10
VIGILE LA PUERTA DE SUS LABIOS
“Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios” Salmo 141:3 RVR 60
Las palabras con las que nos comunicamos pueden dar vida o matar nuestras relaciones. La muerte y la vida están en poder de la lengua. Podemos construir puentes o cavar abismos con nuestra lengua. Podemos edificar y consolar a las personas o destruirlas con nuestras palabras. Podemos colocar a las personas en las veredas de justicia o apartarlas del camino de verdad con lo que decimos. Nuestra lengua tiene el poder de guiar como el timón de una nave. Con ella podemos navegar con seguridad por los turbios mares de la vida o somos lanzados hacia las rocas.
Nuestra lengua tiene el poder de destruir o construir. Ella es como un fuego devastador o como un veneno letal. Ella puede ser remedio para curar las heridas y bálsamo para consolar a los afligidos. Nuestra lengua es una fuente de aguas dulces o amargas. Con ella podemos saciar a los sedientos o maldecir a las personas. ¡Como puede ser una fuente de vida, puede ser una cueva de muerte!
¿Qué ha hecho usted con su lengua? ¿Ha adorado a Dios y edificado a su prójimo? ¿Ha consolado a los afligidos y cantado alabanzas a Dios? ¿Ha proclamado la verdad y exhortado a los descarriados? Pida al Señor que coloque guardias en su boca y que vigile la puerta de sus labios. Sea un heraldo de la verdad y no un embajador de la mentira. Sea un canal de bendición y no un pozo de problemas.
Mi Dios, necesito que santifiques mis palabras para que sean así un canal de bendición. Por el amor de Jesús, Amén.
Estamos comenzando el año de 2021. En el año que concluimos tuvimos luchas inmensas, descendimos a valles oscuros, cruzamos desiertos tórridos y atravesamos pantanos peligrosos. Ahora, nos adentramos en los umbrales de un año más, trayendo en el equipaje muchas expectativas y no pocos temores. No se deje vencer por el desánimo. No sucumba al pesimismo. Sepa que Dios está sentado en su trono, tiene las redes de la historia en sus manos y gobierna a las naciones. Al mismo tiempo, ese Dios soberano se preocupa por usted, con sus luchas, sus sueños y sus necesidades. Coloque su carga a sus pies. Descanse en su cuidado, lleno de ternura. Él le ama a usted, trabaja en usted y le conducirá en victoria. Lea cada devocional con el alma sediente, con el corazón abierto a todo cuanto Dios preparó para usted. En la mesa del Padre hay pan en abundancia. En la presencia de Dios hay delicias para siempre. ¡Buena lectura!
Hernandes Dias Lopes
Es casado y tiene dos hijos. Es pastor presbiteriano, conferencista, autor y presentador. Tambien es director del Ministerio en Português “Luz para el Camino”, en Campinas, San Pablo - Brasil.