Proverbios 11:24-25
¡SEA GENEROSO!
“El que es generoso, prospera…” Proverbios 11:25
Cuando somos conscientes de que venimos del polvo, somos del polvo y volveremos al polvo, podemos hacer frente a la codicia. La generosidad es la disposición de abrir el corazón, las manos, el bolsillo y la casa para los afligidos y necesitados. Dios nos da con abundancia no para retener con usura sino para repartir con generosidad. El Señor Jesús enseñó que es más bienaventurado dar que recibir. Cuando repartimos con amor aquello que Dios también nos ha dado, el propio Dios multiplica nuestra sementera para continuar invirtiendo en la vida del prójimo.
El alma generosa prosperará. La semilla que se multiplica no es la que comemos, sino la que sembramos. Pero retener, más de lo que es justo es pura pérdida. Nosotros debemos ser ricos en buenos obras. Debemos cuidar de nuestra familia, de los hermanos en la fe, y hasta de nuestros enemigos. Aun cuando los hombres nos hagan mal, debemos devolver bien por mal. Ese bien, por supuesto, no debe ser hecho con alarde. No practicamos el bien para ser vistos y aplaudidos por los hombres.
Debemos practicar buenas obras para que los hombres glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos. Es de él que procede toda buena dádiva. Es él quien nos provee en abundancia e inclina nuestro corazón a la generosidad. Por tanto, es a él a quien debemos tributar toda la honra al hacer lo bueno, pues él es el Sumo Bien.
Quiero irradiar tu luz, Señor, para que otros glorifiquen tu nombre al ver nuestras buenas obras. Por Jesús, Amén.