Colosenses 3:12-14
DECIDA PERDONAR
“Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”
Colosenses 3:13
El pensador cristiano irlandés C. S. Lewis dijo, con mucha razón, que es más fácil hablar sobre el perdón que perdonar. Es fácil amar a las personas mientras no nos hagan mal. El perdón no es una actitud natural. Nuestro corazón prefiere la venganza al perdón. Sin embargo, el perdón es necesario. Dado que no somos personas perfectas ni nos relacionamos con personas perfectas, ocasionalmente tenemos quejas unos contra otros.
La solución a los conflictos interpersonales no viene por agredir a las personas que nos hacen mal, ni almacenar amargura en el corazón. El camino seguro es el ejercicio del perdón. Esto es vital si queremos tener salud emocional, física y espiritual. Quien no perdona no puede orar, ofrendar, ni tampoco ser perdonado. Quien no perdona vive prisionero de la amargura.
El perdón libera, perdona y sana. El perdón es mejor que el odio, porque construye puentes de contacto donde la amargura cava abismos de separación. El perdón abre avenidas de paz para nuestra alma y nos hace parecidos a nuestro Padre. Por eso, el apóstol Pablo enseña: “Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Resuélvase a perdonar. Tome la iniciativa, aunque usted sea el ofendido. Dé el primer paso. Sea libre y deje a la otra persona libre.
Señor, ayúdame a recordar a quienes no he perdonado y a dar el primer paso para perdonar. En Cristo, Amén.