12 de enero del 2021
Efesios 4:25-32
TIRE EL HOLLÍN DE SU ALMA
“Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad” Efesios 4:31
El pecado, en sus más variadas formas y expresiones es como el hollín que se pega a nuestra alma. Obscurece nuestro corazón, nubla nuestra mente, ciega nuestros ojos y entorpece nuestros pasos. El pecado nos aleja de Dios y de nuestro prójimo. Siempre que el hollín nos cubre, perdemos la alegría y nos llenamos de amargura; perdemos la paz y somos presa de la cólera y la ira; perdemos el dominio propio y la gritería domina nuestra comunicación; perdemos el temor de Dios y se nos hace fácil blasfemar; perdemos la pureza y nos empapamos de malicia.
El pecado es el peor de todos los males porque nos priva del mayor de todos los beneficios: la comunión con Dios. El apóstol Pablo, hablando con la autoridad del Espíritu Santo, nos exhorta a alejarlo de nosotros, a no tener parte en los pecados terribles mencionados en el texto, sino mantener lejos de nosotros la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad.
El hollín debe ser removido del alma. Es obvio que no podemos lavarnos por nosotros mismos. No somos purificados de esos pecados por nuestros esfuerzos. Solamente la sangre de Jesús nos puede purificar de todo pecado, en vez de encubrir nuestros pecados, debemos confesarlos, abandonarlos, y apropiarnos del perdón divino.
Bendito Dios, gracias por dar a tu Hijo para limpiar mis pecados. Ayúdame a vivir santamente en gratitud a ti. Amén.
Estamos comenzando el año de 2021. En el año que concluimos tuvimos luchas inmensas, descendimos a valles oscuros, cruzamos desiertos tórridos y atravesamos pantanos peligrosos. Ahora, nos adentramos en los umbrales de un año más, trayendo en el equipaje muchas expectativas y no pocos temores. No se deje vencer por el desánimo. No sucumba al pesimismo. Sepa que Dios está sentado en su trono, tiene las redes de la historia en sus manos y gobierna a las naciones. Al mismo tiempo, ese Dios soberano se preocupa por usted, con sus luchas, sus sueños y sus necesidades. Coloque su carga a sus pies. Descanse en su cuidado, lleno de ternura. Él le ama a usted, trabaja en usted y le conducirá en victoria. Lea cada devocional con el alma sediente, con el corazón abierto a todo cuanto Dios preparó para usted. En la mesa del Padre hay pan en abundancia. En la presencia de Dios hay delicias para siempre. ¡Buena lectura!
Hernandes Dias Lopes
Es casado y tiene dos hijos. Es pastor presbiteriano, conferencista, autor y presentador. Tambien es director del Ministerio en Português “Luz para el Camino”, en Campinas, San Pablo - Brasil.