29 de junio del 2025
2 Samuel 18:19-33
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“El rey se conmovió, y subiendo al cuarto que estaba encima de la puerta, se echó a llorar”. 2 Samuel 18:33
Algunas victorias saben a derrota, y algunos llantos llegan cuando ya es demasiado tarde. David estaba atrapado entre dos amores: su hijo rebelde y su amada nación. Por un lado, un hijo que lo traicionó; por el otro, un reino que dependía de él. En esta batalla, no había un verdadero ganador. Cuando Joab mató a Absalón, la nación celebró, pero el corazón de David se rompió en llanto. Ningún padre celebra la muerte de un hijo. Ningún padre despliega un estandarte de victoria cuando ha peleado contra su propia sangre. La rebelión fue sofocada, pero David no sintió alivio. Sin embargo, su llanto tenía más que ver con el pasado que con el presente. Habían pasado once años desde la violación de Tamar hasta la muerte de Absalón. Once años en los que David pudo haber actuado de otra manera. No corrigió a Amnón cuando deshonró a Tamar. No consoló a Tamar cuando su mundo se vino abajo. No aconsejó a Absalón cuando la ira comenzó a envenenarlo. No restauró a Absalón cuando pasó años en el exilio y luego en Jerusalén sin comunión con su padre. Ahora, sus palabras de amor y su llanto llegaron demasiado tarde. Aquí está la advertencia: Las lágrimas del perdón son mejores que las lágrimas del remordimiento. ¿A quién necesitas perdonar hoy antes de que sea tarde? ¿Qué conversación has estado posponiendo por orgullo o miedo?
Señor, no quiero esperar hasta que el tiempo me arrebate la oportunidad de amar, corregir y perdonar. Dame sabiduría para actuar hoy y no vivir con remordimiento mañana. En Jesús, Amén.
Tenemos la gran alegría de presentar a nuestros lectores el Cada Día de junio de 2025. Durante este mes, hablaremos de los altibajos de la vida de David, rey de Israel. El hombre conforme el corazón de Dios, ungido por Dios, pastor de ovejas, compositor de salmos, arpista, guerrero y conquistador, después de alcanzar la cima del poder, se desliza desde la cima de la pirámide hacia las profundidades del pecado. David codicia a la mujer de su prójimo, comete adulterio con ella, miente a su familia, engaña a la nación, mata al marido de la mujer, se casa con la viuda y disimula ante todos. David ve cómo su familia se desintegra, su reino se debilita y su vigor se agota. Pero David se arrepiente, llora, confiesa su pecado y recibe el perdón de Dios. David convirtió sus penas más profundas en salmos de lamento y sus alegrías más puras en salmos de alabanza. Leamos ahora sobre los altibajos de este hombre llamado “el dulce salmista de Israel”.
Hernandes Dias Lopes
El Rev. Lopes está casado con Udemilta y viven en Sao Paulo Brasil en compañía de sus dos hijos. El pastor Hernandes viaja alrededor del mundo para predicar y enseñar la Biblia.