2 Samuel 15:7-18
EL PRECIO DE UN CONFLICTO NO RESUELTO
“De modo que la conspiración iba tomando fuerza y seguían aumentando los seguidores de Absalón”. 2 Samuel 15:12
Un árbol fuerte no crece solo con un buen nombre, sino con raíces profundas y un cuidado constante. David dio a su hijo un nombre hermoso: Absalón, "padre de la paz". Pero no bastó con el significado; su corazón fue moldeado por el abandono y el resentimiento. Sin dirección, sin corrección y sin reconciliación, el hijo del rey se convirtió en el padre de la rebelión.
Absalón salió del palacio y tomó las calles. Durante cuatro años robó los corazones del pueblo, sembrando dudas sobre la justicia de David y convenciéndolos de que él era el rey que realmente necesitaban. Poco a poco, las filas de sus seguidores crecieron y, mientras David seguía en silencio, su hijo preparaba la traición. Finalmente, la rebelión explotó. David tuvo que huir de noche, a pie, para salvar su vida. Su propio hijo no quería dialogar ni reconciliarse; quería verlo muerto. Absalón tomó el trono y desató la batalla más amarga de toda la vida de David.
Las heridas no atendidas pueden convertirse en tormentas imparables. La indiferencia de hoy puede ser la tragedia de mañana. ¿Estás descuidando los corazones de los que amas? ¿Has permitido que el orgullo te impida resolver un conflicto a tiempo? Es hora de cuidar nuestro hogar, sanar relaciones y detener los conflictos antes de que sea demasiado tarde.
Bendito Dios, dame sabiduría para guiar con amor y firmeza. Ayúdame a no ignorar los problemas, sino a buscar restauración antes de que el dolor se convierta en una tormenta. Por Cristo, Amén.