30 de mayo del 2025
Salmo 23:1-6
FELICIDAD DE TENER AL SEÑOR
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”.Salmo 23:4
En el lugar donde vive tal vez no haya valles oscuros como los que el salmista David conocía. Pero si hay llamadas telefónicas amenazadoras, diagnósticos médicos sorpresivos, crisis matrimoniales inesperadas. Al igual que en un valle oscuro en que merodea el peligro, estas situaciones amenazan con hundirnos en la desesperación en lo que nos parece un callejón sin salida. ¡Qué bendición es contar en esos momentos con una compañía segura y confiable! El salmista no se dejaba arrastrar por el temor porque sabía que contaba con la presencia del buen pastor. Él había disfrutado de su compañía en los tiempos de bonanza y tranquilidad. En los tiempos en que nada falta, en que el descanso y el alimento están garantizados, Dios había estado a su lado. Y él está convencido que el buen pastor no lo abandonará en los tiempos difíciles. No lo hará porque su promesa no es solo estar con nosotros aquí en esta vida, sino por toda la eternidad. Las ovejas de Jesús están felices porque él es el buen pastor, grande y supremo. Él suple todas las necesidades de sus ovejas. Jesús los protege de los lobos y los protege del mal. Incluso pasando por los valles más oscuros de la vida las ovejas de Jesús no deben temer, porque su pastor ha vencido a la muerte. Él ya le quitó el aguijón a la muerte y ahora nos ofrece, gratis, por la fe, una vida feliz y eterna.
Señor, en ti tengo paz en todo momento, porque siempre estás conmigo. La certeza de tu presencia a mi lado me asegura que estoy a salvo en tu brazo omnipotente. Por Cristo, amén.
Jesús llama a sus seguidores a dar frutos espirituales. En cierto modo, dice, que podemos hacerlo como una vid cuidada con esmero da fruto para un jardinero, y esto será para gloria de su Padre. Como los sarmientos de una vid, no podemos dar fruto por nosotros mismos, pero si permanecemos unidos a Él, su vida permanecerá en nosotros y seguiremos dando fruto (Juan 15:1-8). Este mes nos centraremos en los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Por medio del Espíritu Santo, que nos mantiene conectados al amor vivificante de Cristo, podemos producir frutos que glorifican a Dios de todas las maneras posibles, y en una abundancia que no podríamos imaginar. Y a medida que nuestras vidas se vuelven más fructíferas, somos atraídos a una comunión más dulce con nuestro asombroso y trino Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
George Koopmans
George Koopmans es capellán en el Medicine Hat College en Alberta. Fue pastor de una congregación en Minnesota (Luverne) y otra en Medicine Hat. George y su esposa, Emily, tienen cuatro hijas adultas y tres nietos.