Hechos 2:1-21
PENTECOSTÉS
"Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños".Hechos 2:17
Hay un viejo refrán que dice que "las acciones valen más que mil palabras". Todos hemos conocido personas que parecen reflejar el fruto del Espíritu de manera natural. Su bondad, amabilidad, alegría y paciencia son evidentes, y su forma de vivir atrae a otros. Sin necesidad de discursos elaborados, su testimonio es claro, y Dios les da oportunidades para compartir su fe. Otros, quizás más en silencio, interceden fielmente en oración, pidiendo que el reino de Dios avance en el mundo.
Cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos en aquel día de Pentecostés descrito en Hechos 2, les dio la capacidad de hablar en diferentes lenguas para que el mensaje del evangelio llegara a muchos. Hoy, ese mismo Espíritu sigue capacitando a los creyentes, guiando nuestras palabras y acciones para ser testigos efectivos de Cristo.
Más allá de recordar Pentecostés como un evento histórico, estamos llamados a vivirlo en nuestra vida diaria. El Espíritu no solo nos llena, sino que nos transforma, dándonos poder para reflejar el amor de Dios en lo que hacemos y decimos. Se manifiesta cuando nos impulsa a servir a quienes nos rodean, ya sea ayudando a un amigo en necesidad, mostrando amabilidad a un desconocido o compartiendo el evangelio con alguien que busca esperanza. A través de nosotros, Dios sigue construyendo su reino.
Padre celestial, gracias por el don del Espíritu derramado en nosotros. Ayúdanos a vivir con el poder del Espíritu hoy y todos los días. En el nombre de Jesús, Amén.