16 de mayo del 2025
Lucas 10:25-37
AMABILIDAD CON TODOS
"¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?".Lucas 10:36
La parábola del buen samaritano ha inspirado a muchas personas a lo largo de los siglos a tratar a los demás con amabilidad y compasión, sin importar sus diferencias. En los tiempos de Jesús, los judíos y los samaritanos se evitaban mutuamente, pero en esta parábola, Jesús desafió esa mentalidad, mostrando que el amor y la benignidad no deben tener barreras. Más que un simple acto de ayuda, el buen samaritano mostró una disposición genuina de compasión. No solo se detuvo, sino que atendió con ternura las heridas del hombre, lo llevó a un lugar seguro y se aseguró de que recibiera el cuidado necesario. Su benignidad no fue solo una reacción momentánea, sino un reflejo de su corazón. A veces pensamos que para demostrar benignidad necesitamos grandes oportunidades, pero en realidad, se trata de una actitud diaria. En medio del ritmo acelerado de la vida, corriendo al trabajo, atendiendo responsabilidades, o simplemente ocupados en lo nuestro, podemos pasar por alto a alguien que necesita una palabra amable, una sonrisa o un gesto de comprensión. Cuando nos dejamos guiar por el Espíritu, Él nos ayuda a ver más allá de nuestra rutina. Nos sensibiliza a los que nos rodean y nos muestra cuándo alguien necesita un poco de consuelo o un gesto de gracia. La pregunta es: ¿Estaremos atentos a su dirección, o demasiado ocupados en lo nuestro?
Espíritu de Dios, muévenos a mostrar bondad en todo momento. Haznos buenos samaritanos y úsanos para llegar a los corazones necesitados de ti. En Jesús, Amén.
Jesús llama a sus seguidores a dar frutos espirituales. En cierto modo, dice, que podemos hacerlo como una vid cuidada con esmero da fruto para un jardinero, y esto será para gloria de su Padre. Como los sarmientos de una vid, no podemos dar fruto por nosotros mismos, pero si permanecemos unidos a Él, su vida permanecerá en nosotros y seguiremos dando fruto (Juan 15:1-8). Este mes nos centraremos en los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Por medio del Espíritu Santo, que nos mantiene conectados al amor vivificante de Cristo, podemos producir frutos que glorifican a Dios de todas las maneras posibles, y en una abundancia que no podríamos imaginar. Y a medida que nuestras vidas se vuelven más fructíferas, somos atraídos a una comunión más dulce con nuestro asombroso y trino Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
George Koopmans
George Koopmans es capellán en el Medicine Hat College en Alberta. Fue pastor de una congregación en Minnesota (Luverne) y otra en Medicine Hat. George y su esposa, Emily, tienen cuatro hijas adultas y tres nietos.