21 de mayo del 2025
Efesios 2:1-10
SEGUIR HACIENDO EL BIEN
"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas".Efesios 2:10
Efesios 2:8-9 es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia, recordándonos que somos salvos por gracia mediante la fe, y no por nuestras obras. Sin embargo, el versículo 10 a menudo pasa desapercibido. Ahí, Pablo nos dice que fuimos creados en Cristo para hacer buenas obras, aquellas que Dios ya ha preparado para que pongamos en práctica. Pero seamos honestos: a veces, nos cansamos de hacer el bien. Quizás sentimos que nuestros esfuerzos no marcan la diferencia, o estamos tan ocupados con nuestras propias preocupaciones que dejamos de ver las necesidades de los demás. Otras veces, nos desanimamos porque no vemos resultados inmediatos, olvidando que Dios obra en su tiempo y a su manera. Sin darnos cuenta, podemos caer en la rutina y perder el gozo de servir, cuando en realidad cada acto de amor y compasión, por pequeño que sea, tiene un impacto eterno. La buena noticia es que no tenemos que hacerlo solos. Cuando nos mantenemos abiertos a la dirección del Espíritu Santo, Él sigue produciendo fruto en nosotros y nos guía hacia nuevas oportunidades de servicio. Es hermoso ver cómo, a pesar de agendas apretadas y responsabilidades, muchos encuentran formas de bendecir a otros y reflejar el amor de Dios. Hacer el bien no es solo una tarea, sino una respuesta natural al amor que hemos recibido.
Señor, ayúdanos a hacer el bien. Guíanos por medio de tu espíritu para dar frutos que te honren, y te sirvan con fidelidad. En Jesús, amén.
Jesús llama a sus seguidores a dar frutos espirituales. En cierto modo, dice, que podemos hacerlo como una vid cuidada con esmero da fruto para un jardinero, y esto será para gloria de su Padre. Como los sarmientos de una vid, no podemos dar fruto por nosotros mismos, pero si permanecemos unidos a Él, su vida permanecerá en nosotros y seguiremos dando fruto (Juan 15:1-8). Este mes nos centraremos en los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Por medio del Espíritu Santo, que nos mantiene conectados al amor vivificante de Cristo, podemos producir frutos que glorifican a Dios de todas las maneras posibles, y en una abundancia que no podríamos imaginar. Y a medida que nuestras vidas se vuelven más fructíferas, somos atraídos a una comunión más dulce con nuestro asombroso y trino Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
George Koopmans
George Koopmans es capellán en el Medicine Hat College en Alberta. Fue pastor de una congregación en Minnesota (Luverne) y otra en Medicine Hat. George y su esposa, Emily, tienen cuatro hijas adultas y tres nietos.