Marcos 10:13-16
CONFIANZA Y HUMILDAD
“De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”.
Marcos 10:15
Cuando veo a un niño, siento que inspiran confianza y humildad. Su ternura y su facilidad para sonreír nos recuerdan la belleza de la vida. Sin embargo, en la época de Jesús, los niños eran vistos como ejemplos de inmadurez, ignorancia y falta de destreza. Eso explica la reacción de los discípulos cuando intentaron alejarlos de Jesús. Pero nuestro Señor Jesucristo desafió las normas de su tiempo y, en lugar de excluirlos, los presentó como un modelo para recibir el reino de Dios.
Algo que caracteriza a los niños es su confianza en sus padres y la humildad con la que aceptan sus regalos o muestras de cariño. Los niños dependen completamente del cuidado de sus padres y reciben lo que se les da, no porque lo hayan ganado, sino como un regalo gratuito. Y lo hacen con naturalidad, sin sentir vergüenza ni culpa por ello.
En una sociedad cada vez más individualista, donde se exalta el "tener" como sinónimo de "ser", y donde casi nada es verdaderamente gratuito, nos resulta difícil comprender que la salvación es un regalo, y no el resultado de nuestros esfuerzos. Jesús nos desafía con la imagen de un niño, invitándonos a tener una confianza plena en Dios. Al mismo tiempo, su enseñanza confronta nuestro orgullo, y nos invita a recibir con humildad el don inmerecido de la salvación.
Padre, quiero ser como un niño, gracias por darnos esta gran lección. Ayúdame a confiar en Ti y a recibir con humildad y gratitud la salvación. En Jesús. Amén.