20 de noviembre del 2024
Esdras 1:1-6
EL DECRETO DEL REY
“Así que, a cualquiera de ustedes que pertenezca al pueblo del Señor, que Dios lo ayude, y vaya a Jerusalén, que está en Judá…” Esdras 1:3
Para muchos de nosotros, el “hogar” puede no ser el lugar donde residimos sino aquel en donde se encuentran nuestras raíces. Tal vez sea el lugar donde creciste, o el país de donde emigró tu familia. Un apego fuerte a ese “hogar”, hace que la oportunidad de volver sea algo emocionante. Los judíos habían pasado varias generaciones en el exilio, lejos del hogar de sus ancestros. Si bien algunos se habían acostumbrado a su nueva residencia, había otros a quienes los recuerdos y las historias de Jerusalén los llenaban de nostalgia. De modo que cuando el decreto del rey les ofrece la oportunidad de volver, ellos dijeron con entusiasmo: “¡Volvamos!”. En ocasiones puede ocurrir algo similar en nuestra vida espiritual. Puede ser que, por algún motivo te hayas alejado de la comunión del cuerpo de Cristo y empezaste a sentirte a gusto lejos de la familia de la fe. Pero el Espíritu de Dios no te va a dejar tranquilo, y va a hacer su trabajo de recordarte que fuiste hecho para adorar y tener una relación con el único Dios verdadero. En Jesús, Dios ha emitido el decreto que permite que las almas errantes y descarriadas regresen a la comunión con él. Él mueve nuestros corazones y proporciona las circunstancias para regresar a él (v. 5-6). Si te has distanciado de Dios, ¿por qué no regresar a él y ser restaurado hoy?
Espíritu Santo, gracias por hablar a nuestros corazones e instarnos a volver a ti. Ayúdanos a regresar y ser restaurados en Cristo hoy. En el nombre de nuestro redentor, oramos, Amén.
En algún momento de nuestras vidas, muchos de nosotros hemos tenido la oportunidad de salir de viaje, aunque sólo fuera por un día o dos. Algunos, hemos salido de casa para estudiar o para buscar trabajo. Puede que nuestro tiempo fuera estuviera planeado y nos diera mucha alegria. Otras veces, sin embargo, nuestros viajes pueden ser imprevistos y estresantes. Nuestros viajes pueden estar provocados por acontecimientos que nos impulsan o incluso nos obligan a ir a buscar un nuevo hogar. En cualquier caso, necesitamos saber que al final del camino hay un lugar al que podemos pertenecer, un lugar al que podemos llamar hogar. La vida cristiana es así . A veces podemos viajar tranquilamente, dsifrutando de las bendiciones de la comodidad y la alegría que Cristo trae. Otras veces podemos sentirnos exigidos, desafiados e incluso desarraigados en nuestra vida espiritual. Aunque los desafíos pueden ayudarnos a crecer en la fe, necesitamos saber que a lo largo del camino Dios está siempre con nosotros. Afortunadamente, el Dios que nos llama a tener fe en su Hijo, Jesucristo, siempre cuida de nosotros, prometiendo no dejarnos ni abandonarnos jamás. Este es el Dios de la gracia y el perdón, que nos llena de su Espíritu y nos acoge para que disfrutemos de la vida en su presencia, dándonos un lugar al que llamar hogar dondequiera que estemos. Este mes vamos a reflexionar sobre estas cosas mientras exploramos algunos pasajes de la biblia sobre el hogar.
Joel vande Werken
Ha sido pastor desde el año 2007, sirviendo en iglesias en Sussex, nueva jersey y en Whitinsville, Massachusetts. Él y su esposa, Brandie, tienen cuatro hijos pequeños.