2 Samuel 11:26-27
DAVID SE ENFRENTA AL DESAGRADO DE DIOS
“Pero al Señor no le agradó lo que David había hecho”. 2 Samuel 11:27b
El pecado es el peor de todos los males. Es peor que la guerra, la pobreza o la enfermedad. Todas estas cosas pueden traer sufrimiento, pero ninguna separa al hombre de Dios como lo hace el pecado. Nos roba el mayor bien que podemos tener: la presencia de Dios. David cayó en adulterio y luego trató de borrar cada rastro de su error. A los ojos de los hombres, parecía haber salido impune, pero la culpa lo consumía en silencio. No podía dormir en paz. No podía escapar de su conciencia.
Hasta este punto de la historia, Dios apenas es mencionado. Todo parece girar en torno a David, su deseo, su engaño, su plan para encubrir la verdad. Es como si en el cielo nadie estuviera viendo. Pero el silencio de Dios no significa su ausencia. Nada escapa a sus ojos. Y cuando finalmente habla, sus palabras lo dicen todo: “Al Señor no le agradó lo que David había hecho" (2 Samuel 11:27).
David había quebrantado la ley de Dios: mató, cometió adulterio y codició. Creyó que había ocultado su pecado, pero ante Dios, nada estaba escondido. ¿Qué hay en tu vida que estás tratando de ocultar? ¿Vale la pena cargar con la culpa cuando Dios ofrece perdón? El pecado nos engaña, nos promete secreto y nos deja con cadenas. Pero Dios lo ve todo, y no para condenarnos, sino para restaurarnos. No sigas corriendo. Huye del pecado y corre a los brazos de Dios.
Señor, mi Dios, ayúdame a no justificar el pecado ni a encubrirlo. Dame un corazón humilde para confesar y encontrar perdón en Ti. Por tu Hijo, Jesucristo, Amén.
Tenemos la gran alegría de presentar a nuestros lectores el Cada Día de junio de 2025. Durante este mes, hablaremos de los altibajos de la vida de David, rey de Israel. El hombre conforme el corazón de Dios, ungido por Dios, pastor de ovejas, compositor de salmos, arpista, guerrero y conquistador, después de alcanzar la cima del poder, se desliza desde la cima de la pirámide hacia las profundidades del pecado. David codicia a la mujer de su prójimo, comete adulterio con ella, miente a su familia, engaña a la nación, mata al marido de la mujer, se casa con la viuda y disimula ante todos. David ve cómo su familia se desintegra, su reino se debilita y su vigor se agota. Pero David se arrepiente, llora, confiesa su pecado y recibe el perdón de Dios. David convirtió sus penas más profundas en salmos de lamento y sus alegrías más puras en salmos de alabanza. Leamos ahora sobre los altibajos de este hombre llamado “el dulce salmista de Israel”.
Hernandes Dias Lopes
El Rev. Lopes está casado con Udemilta y viven en Sao Paulo Brasil en compañía de sus dos hijos. El pastor Hernandes viaja alrededor del mundo para predicar y enseñar la Biblia.
El Rev. Lopes está casado con Udemilta y viven en Sao Paulo Brasil en compañía de sus dos hijos. El pastor Hernandes viaja alrededor del mundo para predicar y enseñar la Biblia.