Proverbios 31:10-31

UNA VIRTUD UN TANTO OLVIDADA

“Siempre les tiende la mano a los pobres y necesitados. No teme por su familia cuando nieva, pues todos los suyos andan bien abrigados”. Proverbios 31:20-21

En el lugar donde vivo en México no le tenemos miedo a la nieve. En realidad, la región es tan calurosa y húmeda que tal vez se necesite otra era glacial para cubrir nuestro suelo de un manto blanco. Pero sí tenemos gente pobre y necesitada que carece de comida y ropa. Y mi temor es que nuestros corazones se congelen ante el clamor de los oprimidos y los necesitados. El retrato de la mujer virtuosa rompe los esquemas a los que algunos creyentes están acostumbrados. La Biblia aquí celebra a una mujer que practica lo que es una fe genuina. Sin embargo, ¿no le sorprende que no escuchemos hablar de sus actividades “espirituales”, por muy importantes que estas sean? No escuchamos de su vida de oración ni de su tiempo de devoción con Dios. A esta mujer se le alaba por su carácter emprendedor, por ser una madre dedicada y por distinguirse como una esposa amorosa. Pero también es una persona solícita que, en lugar de ir en busca de ayuda social, modela la iniciativa que los cristianos deben manifestar ante las necesidades humanas. Es una mujer que no se queda inerte ante la desgracia de otros, ni intenta racionalizar el amor que Cristo nos llama a mostrar por ellos. Y no lo hace porque tema a la nieve, sino porque teme al Señor. Y este es el llamado para todos nosotros: ser compasivos y generosos todo el tiempo.

Te pedimos, Señor, que nos ayudes a abrir nuestro corazón ante tanta gente necesitada a nuestro alrededor. Ayúdanos a compartir con ellos de lo mucho que tú nos das. En Cristo, amén.