22 de abril del 2024
1 Juan 4:7-21
ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS
“Queridos hermanos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos unos a otros”. 1 Juan 4:11
Cuando nuestros hijos son pequeños y se despiertan durante la noche, a veces nos quedamos quietos, fingiendo estar dormidos, esperando que nuestro cónyuge sea el primero en levantarse para atenderlos. Cada gota de sueño es preciosa. Y es una delicia cuando escuchamos: “Sigue durmiendo, yo voy”. Tal acto de amor desinteresado nos da una pista del amor de Cristo. En respuesta al tremendo amor de Dios por nosotros, estamos llamados a demostrar este amor los unos a los otros. Jesús es nuestro modelo de cómo debemos amarnos en el cuerpo de Cristo. Él nos amó lo suficiente como para dejar el cielo y tomar nuestra forma terrenal. Nos amó lo suficiente como para resistir todas las tentaciones del diablo. Actuó como el siervo en casa que lava los pies a sus discípulos (ver Juan 13). Jesús nos amó lo suficiente como para morir en nuestro lugar, incluso cuando estábamos destrozados y éramos pecadores. ¡Qué amor tan maravilloso! Cuando escuchamos que un amor así es el que tenemos que imitar nos parece algo prácticamente imposible. Somos personas rotas que nunca podremos amarnos perfectamente. Sólo Cristo en nosotros nos permite cumplir nuestras promesas de amarnos plenamente. Si queremos ser personas que aman como Jesús, tenemos que estar cerca de él. No podemos imitar a Cristo si no le conocemos.
Señor, las palabras no bastan para agradecerte el amor que nos has demostrado. Ayúdanos a seguir tu ejemplo y a amar a los demás en tu nombre. Amén.
Mark Twain dijo, “Muchas personas se molestan por esos pasajes de la Escritura que no entienden, pero los pasajes que me molestan son esos que sí entiendo.” En otras palabras, tratar de vivir por lo menos con los mandamientos más básicos de la Biblia puede ser abrumador. En las clases prematrimoniales nosotros alentamos a las parejas a comenzar por las cosas que son claras: amarse el uno al otro, perdonarse el uno al otro, cuidarse mutuamente, apoyarse mutuamente, llevar las cargas el uno del otro. Nosotros animamos a la gente a ver las maneras en que Dios nos llama a interactuar con todos los “unos a otros” en nuestras vidas. Es muy claro que Dios se preocupa profundamente por nuestras relaciones. Una vez que comenzamos a entender nuestra relación con nuestro Creador y Redentor, el próximo paso es amar a nuestro prójimo. Jesús nos dice en Mateo 22:37-38 que el primer mandamiento es amar al Señor con todo nuestro corazón, mente y alma. Y el segundo es similar: nuestro amor por Dios debe llegar a nuestro prójimo. Esperamos que ustedes sean animados a dejar que el amor de Jesús fluya en todas sus relaciones. Él tiene el poder para cambiar los corazones.
Steven y Deb Koster
Steven y Deb Koster sienten pasión por los matrimonios, las familias y el crecimiento espiritual en el hogar. Ambos trabajan en la Iglesia Cristiana Reformada en América del Norte. Steven y Deb Koster tienen tres hijos.