1 Juan 4:7-21
ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS
“Queridos hermanos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos unos a otros”.
1 Juan 4:11
Cuando nuestros hijos son pequeños y se despiertan durante la noche, a veces nos quedamos quietos, fingiendo estar dormidos, esperando que nuestro cónyuge sea el primero en levantarse para atenderlos. Cada gota de sueño es preciosa. Y es una delicia cuando escuchamos: “Sigue durmiendo, yo voy”. Tal acto de amor desinteresado nos da una pista del amor de Cristo. En respuesta al tremendo amor de Dios por nosotros, estamos llamados a demostrar este amor los unos a los otros.
Jesús es nuestro modelo de cómo debemos amarnos en el cuerpo de Cristo. Él nos amó lo suficiente como para dejar el cielo y tomar nuestra forma terrenal. Nos amó lo suficiente como para resistir todas las tentaciones del diablo. Actuó como el siervo en casa que lava los pies a sus discípulos (ver Juan 13). Jesús nos amó lo suficiente como para morir en nuestro lugar, incluso cuando estábamos destrozados y éramos pecadores. ¡Qué amor tan maravilloso!
Cuando escuchamos que un amor así es el que tenemos que imitar nos parece algo prácticamente imposible. Somos personas rotas que nunca podremos amarnos perfectamente. Sólo Cristo en nosotros nos permite cumplir nuestras promesas de amarnos plenamente. Si queremos ser personas que aman como Jesús, tenemos que estar cerca de él. No podemos imitar a Cristo si no le conocemos.
Señor, las palabras no bastan para agradecerte el amor que nos has demostrado. Ayúdanos a seguir tu ejemplo y a amar a los demás en tu nombre. Amén.