30 de abril del 2024
Juan 13:1-17
EMPEZANDO CON BUEN PIE
“Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros”. Juan 13:14
El Señor Jesús nunca deja de sorprendernos, ni siquiera cuando se encontraba a pocas horas de que sus manos fueran clavadas en la cruz. En una escena cargada de significado, el Señor va a usar sus manos puras y preciosas para lavar los pies sucios de sus discípulos. Uno a uno, sin omitir a alguno de ellos, el Señor llevó a cabo su labor, aun cuando horas después le abandonarían al estar colgando en la cruz. No eran en realidad pies delicados ni finos, sino callosos y polvorientos, llenos de mugre que necesitaba ser removida para celebrar la última cena. ¿Qué tenía de especial este grupo al grado que Jesús le haya hecho objeto de tan grande honor? En realidad, no fue por ningún mérito. Es simplemente que estos son los suyos, los que el Padre le dio, quienes creyeron en él, y a quienes les confió el mensaje más poderoso que haya existido. El Señor culmina esta lección haciendo de ella una norma para su pueblo. Él no permite que esta acción quede simplemente en buenas intenciones. Sus acciones y su carácter se convierten en el modelo para la conducta de su pueblo. Más tarde lo repetirá de esta forma: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (13:34-35).
Señor, nos sentimos tan honrados por la forma en que te sacrificaste por nosotros. Te pedimos que podamos seguir tu ejemplo y vivir sacrificialmente con los que nos rodean. En tu nombre oramos. Amén.
Mark Twain dijo, “Muchas personas se molestan por esos pasajes de la Escritura que no entienden, pero los pasajes que me molestan son esos que sí entiendo.” En otras palabras, tratar de vivir por lo menos con los mandamientos más básicos de la Biblia puede ser abrumador. En las clases prematrimoniales nosotros alentamos a las parejas a comenzar por las cosas que son claras: amarse el uno al otro, perdonarse el uno al otro, cuidarse mutuamente, apoyarse mutuamente, llevar las cargas el uno del otro. Nosotros animamos a la gente a ver las maneras en que Dios nos llama a interactuar con todos los “unos a otros” en nuestras vidas. Es muy claro que Dios se preocupa profundamente por nuestras relaciones. Una vez que comenzamos a entender nuestra relación con nuestro Creador y Redentor, el próximo paso es amar a nuestro prójimo. Jesús nos dice en Mateo 22:37-38 que el primer mandamiento es amar al Señor con todo nuestro corazón, mente y alma. Y el segundo es similar: nuestro amor por Dios debe llegar a nuestro prójimo. Esperamos que ustedes sean animados a dejar que el amor de Jesús fluya en todas sus relaciones. Él tiene el poder para cambiar los corazones.
Steven y Deb Koster
Steven y Deb Koster sienten pasión por los matrimonios, las familias y el crecimiento espiritual en el hogar. Ambos trabajan en la Iglesia Cristiana Reformada en América del Norte. Steven y Deb Koster tienen tres hijos.