Romanos 5:6-11
LA PRUEBA DEL AMOR DE DIOS
“Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros”.
Romanos 5:8
Hoy celebramos la prueba del amor de Dios por nosotros. ¡Jesús ha resucitado, vencedor de la muerte! Él dio su propia vida por nosotros para que nuestra deuda por el pecado fuera pagada, y debido a que resucitó de entre los muertos, podemos tener vida nueva con él para siempre. A través del Espíritu de Dios, nuestra nueva vida comienza ahora, y aunque podamos morir físicamente antes de que Jesús regrese, ¡tenemos la promesa de que nuestros cuerpos también resucitarán cuando él venga por segunda vez! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor Dios!
El amor de Dios por cada uno de nosotros es eterno, inmutable e incondicional. “Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Dios prueba su amor por nosotros por el hecho de que “cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros”, y “cuando todavía éramos sus enemigos, nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte de su Hijo”. Tenemos salvación no por nuestro amor a Dios, sino porque Dios nos ama y envió a su Hijo para pagar por nuestros pecados y darnos vida nueva y eterna.
Jesús murió en la cruz y resucitó de la tumba para revelar el amor de Dios por nosotros. La obra terminada de Jesús es toda la prueba que necesitamos de que Dios se preocupa por nosotros. ¡El Dios de amor está decidido a salvarnos!
Padre Celestial, gracias por tu increíble amor. Muévenos, a quienes una vez fuimos tus enemigos, a amarte y servirte hoy y siempre, por amor de Jesús. Amén.