Hebreos 11:8-21
UN HÉROE DE LA FE
“Por fe, Jacob, cuando ya iba a morir, prometió bendiciones a cada uno de los hijos de José, y adoró a Dios apoyándose sobre la punta de su bastón”.Hebreos 11:21
Muchas lápidas incluyen un epitafio, una declaración sobre la vida o el carácter de una persona. Si ha estado en algún cementerio tal vez ha podido leer alguno. En el caso de Jacob, no sabemos si hubo alguno en su tumba, pero Hebreos 11:21 lo recuerda como uno de los héroes de la fe. No dice mucho, es cierto, pero el hecho de que se le coloque después de gente como Abel, Noé y Abraham, tal vez haga a alguno preguntarse sobre su inclusión en esta lista.
Pero no hay equivocación. Sin duda que llama la atención que el escritor de Hebreos no mencione algo sobre las inconsistencias en el carácter de Jacob al comienzo de su vida. Ni siquiera hace alguna alusión a sus repetidos encuentros con Dios que produjeron un cambio profundo en su persona. Lo que él describe es el producto final de la obra de Dios en su vida: Jacob es un hombre rendido a Dios, que gasta sus últimas fuerzas bendiciendo a su familia y adorando al Dios de sus padres.
Hay una enseñanza inspiradora y maravillosa en la vida de Jacob: No se trata de cómo comienzas sino cómo terminas. Nada en la infancia y juventud de Jacob presagiaba al hombre piadoso del final de sus días. Es solo Dios con su gracia quien puede producir un cambio de esa magnitud. Por eso, si después de partir de este mundo, tu epitafio comienza con la frase, “por la fe”, ¿cómo te gustaría que termine?
Señor y Dios, transformaste a Jacob en un héroe de la fe. Cámbiame también a mí, por el amor de Jesús, Amén.