Génesis 37:12-36
EL PERDIDO DE LA FAMILIA
“Luego se la mandaron a su padre, con este mensaje: Encontramos esto. Fíjate bien si es o no la túnica de tu hijo”.Génesis 37:32
La Biblia no intenta ocultar los problemas profundos en la familia de Jacob. Los hijos de Jacob odiaban a José, el favorito de su padre, y la oportunidad de desquitarse de él se presenta cuando su padre lo envía para averiguar cómo van las cosas con el ganado de la familia. Sus hermanos se deshacen de José y encubren su crimen al convencer a su padre de que un animal salvaje le había quitado la vida. Jacob no sabe que se trata de una mentira, y esta tragedia va a dejar una huella imborrable en su vida.
Si alguna vez ha enfrentado una tragedia, sabe lo que es no poder apartar de la mente algo así. Van a pasar veinte años antes que sepamos algo de Jacob, y nos enteramos de que su dolor aún persiste. A veces nos cuesta trabajo entender por qué Dios permite estas cosas en nuestras vidas. Son tiempos de confusión y espera, de preguntarnos qué propósitos puede tener Dios en medio de nuestro sufrimiento. Sabemos con certeza que todas las cosas nos ayudan a bien y obran para su gloria, pero no entendemos cómo.
¿Se encuentra luchando con una desesperación semejante a la que Jacob experimentó? Qué alentador es saber que Dios no ha terminado su obra en nosotros. Su propio Hijo “mediante el sufrimiento aprendió lo que es la obediencia” (Hebreos 5:8). Y nosotros también, con Jacob, podemos aprender a esperar en la gracia de Dios.
Oh Dios, enséñanos a confiar en ti, a tener valor y no desanimarnos. En nuestra lucha por entender tus caminos, asegúranos de tu amor en Jesús. En su nombre oramos, Amén.