Mateo 27:45-55
REDENCIÓN CÓSMICA
“Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros”.Mateo 27:51-52
¿No le parece extraordinario que el día que Jesús murió en la cruz la tierra haya temblado y las rocas se hayan partido? Parecen acontecimientos sin relación con el combate espiritual que ese día se llevó a cabo, pero la Escritura los incluye porque tienen un significado importante.
Piense, por ejemplo, en el velo del templo rasgado en dos. De acuerdo al libro de Hebreos eso representa el camino nuevo y vivo para acercarnos a Dios que Cristo abrió a través de su sacrificio (Hebreos 10:19-20. La cortina del templo separaba al pueblo de Dios del santuario interior, donde habitaba la poderosa presencia de Dios en tiempos del Antiguo Testamento. El rasgamiento de la cortina significa que la presencia de Dios ya no está separada de su pueblo, y que el Espíritu de Dios viene ahora a vivir en los corazones de su pueblo.
En el caso del terremoto y las rocas partidas, la Biblia nos invita a ver la muerte de Cristo más allá del plano individual a sus implicaciones cósmicas. Este acontecimiento cambia la historia, no sólo para los seres humanos, sino también para el mundo que Dios creó. Con su vida y su muerte, Jesús rompe el dominio que el pecado y la muerte tenían sobre nosotros y sobre la creación de Dios (Romanos 8:21). Es una confirmación que la vida de la nueva creación de Dios ya está en movimiento y que un día, él hará todas las cosas nuevas.
Señor Jesús, gracias por abrirnos este nuevo camino para ser tu pueblo, el pueblo de Dios. En tu nombre y por tu poder oramos, Amén.