Efesios 2:14-18

ROMPIENDO LAS BARRERAS

“Cristo es nuestra paz. Él hizo de judíos y de no judíos un solo pueblo, destruyó el muro que los separaba”.Efesios 2:14

¿Qué responderías si alguien te preguntara de forma desafiante “¿Dónde está Dios cuando razas y grupos étnicos diferentes luchan? ¿Por qué no hace nada para detener el odio?". Esa es la pregunta con la que Antonio nos abordó y apunta a un tema candente. La humanidad parece estar cada vez más fracturada día a día. Las barreras salen a la luz por donde quiera. La cultura, la raza, el idioma, la religión, la política, la economía: tantas cosas nos separan y, a menudo, nos enfrentan y nos dividen. En los últimos años se ha hecho popular el término “balcanización”. ¿Lo ha escuchado? Es una palabra que se refiere a los países de los Balcanes que se dividieron en varias naciones pequeñas a finales del siglo XX. Lo que caracteriza a estas naciones es la tremenda hostilidad entre ellas y que ha derivado en espantosos conflictos étnicos. En nuestra lectura bíblica de hoy, se nos recuerda que Jesús derribó milagrosamente el muro de hostilidad entre judíos y gentiles. Jesús, “nuestra paz”, crea una sola humanidad a partir de distintos grupos. Esta unificación sucede debido a nuestra reconciliación con Dios a través del sacrificio de Jesús en la cruz. Si queremos promover la paz en nuestras comunidades, debemos recordar que la reconciliación comienza con Jesús. Él ha restaurado nuestra relación con Dios Padre y nos llama a reconciliarnos unos con otros. ¿Hay alguien con quien necesita reconciliarse hoy?

Señor Jesús, guíanos para ser promotores de reconciliación en nuestras diversas comunidades. Ayúdanos a descubrir que la reconciliación viene de creer en ti y de seguirte. Amén.