Colosenses 3:15-17
UNA CANCION DE GRATITUD
“Instrúyanse y amonéstense unos a otros con toda sabiduría. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y
cantos espirituales”.
Colosenses 3:16
La música y el canto a menudo expresan las emociones de nuestro corazón. Como sugiere nuestro pasaje de hoy, esta es una parte importante de ser el pueblo de Dios. El escritor del Salmo 22 agrega que Dios está “en su trono” o “mora en” la alabanza de su pueblo (v. 3). Dios se ha acercado a nosotros, y es importante que nos acerquemos a él con cánticos de nuestro corazón.
Pero, ¿qué tipo de alabanza agrada a Dios? ¿Tradicional? ¿Contemporánea? ¿Con instrumentos? ¿A capela? En realidad, estas distinciones no son importantes. Pablo proporciona tres pautas para nuestro pensamiento. Primero, él no está hablando de cantar solos en la ducha. Se está refiriendo al canto, al aprendizaje y al crecimiento que hacemos juntos como el pueblo de Dios que se reúne para adorar. Es en nuestra unión en el canto que Dios es alabado y glorificado.
En segundo lugar, nuestro canto debe salir de nuestro corazón. Del corazón habla y canta la boca. Dios quiere que nuestras expresiones de alabanza sean verdaderas y auténticas. Tercero, nuestro canto comunitario revela nuestra gratitud por todo lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo. El objetivo no es llamar la atención hacia nosotros. El objetivo es que la bondad, la gracia y el amor poderoso de Dios sean exaltados por corazones agradecidos unidos en amor.
Gracias, Señor, por salvar nuestras almas y por darnos cánticos para entonar juntos. En el nombre de Cristo oramos, Amén.