Romanos 15:20-30
PREDICAR A TRAVÉS DE LAS FRONTERAS
“Pero siempre he procurado anunciar el evangelio donde nunca antes se había oído hablar de Cristo…”.
Romanos 15:26
El apóstol Pablo fue el misionero más grande de la historia. Plantó iglesias en las provincias de Galacia, Macedonia y Asia Menor. Un día, mientras viajaba hacia Jerusalén, para llevar una ofrenda a los pobres de Judea, escribió su carta a los romanos, con el objetivo de ser enviado por esa iglesia a España, el último límite occidental del vasto imperio romano. Quería explorar territorios no alcanzados. Su propósito era llevar el evangelio a los rincones más lejanos de la tierra, donde nunca antes se había oído hablar de Cristo.
Jesús, antes de ir al cielo, dejó la agenda misionera de la iglesia establecida. Sus discípulos iban a ir por todo el mundo, haciendo discípulos de todas las naciones, predicando tanto en Jerusalén como en toda Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra. No es predicar primero aquí y luego allá. No se trata de hacer misiones primero en nuestra patria y luego a través de las fronteras. El programa misionero de Jesús establece que se debe trabajar aquí y allá al mismo tiempo.
La obra misionera debe avanzar simultáneamente en la patria y hasta los confines de la tierra. La misión de la iglesia no es centrípeta, es decir, de afuera hacia adentro, sino centrífuga, de adentro hacia afuera. El mundo es el campo y ninguna visión que no contemple el mundo entero es la visión de Dios.
Padre, ayúdame a llenarme de tu visión para el mundo. Concédeme sentir la pasión por los perdidos que tú tienes. Por Jesús oramos, amén.