27 de abril del 2024
1 Pedro 5:1-11
UN APÓSTOL HUMILDE
“De la misma manera, ustedes los jóvenes sométanse a la autoridad de los ancianos. Todos deben someterse unos a otros con humildad, porque: «Dios se opone a los orgullosos, pero ayuda con su bondad a los humildes»”. 1 Pedro 5:5
Si conoce la vida y carácter de los discípulos de Jesús, ¿cuál de ellos se imagina que daría uno de los mensajes más poderosos acerca de la humildad? Si se ha dado cuenta, la humildad no se encontraba en su lista de prioridades. Al contrario, Jesús tuvo que advertirles en más de una ocasión por su insistencia en querer tener la primacía entre ellos. Y claro, es posible que Pedro, quien siempre quería tomar la delantera en todo, no se le haya venido a la mente. Tal parece que Pedro aprendió bastante la lección de Jesús en cuanto a seguir el ejemplo de Cristo en toda nuestra manera de vivir (1 Pedro 2:21). Y antes de concluir su epístola, el apóstol llama a los creyentes a “someterse unos a otros en humildad”. Sí, leyó usted bien. Todos deben llevar la humildad visiblemente, como si fuera una prenda de vestir. La humildad comienza con el reconocimiento de nuestra total dependencia de Dios. Dependemos completamente de Jesús para nuestra salvación y nuestra propia existencia. ¡Qué alivio que no dependa de nuestras propias fuerzas! Esa humildad debe moldear la forma en que nos tratamos unos a otros. Todos pertenecemos a Dios, por lo que no tenemos autoridad propia ni derecho a aprovecharnos de los demás. Sirvamos con humildad a Dios sirviéndonos los unos a los otros.
Bendito Dios, haz de nosotros personas que reconocen su dependencia de ti. Concédenos corazones humildes para servir. En el nombre de Jesús, Amén.
Mark Twain dijo, “Muchas personas se molestan por esos pasajes de la Escritura que no entienden, pero los pasajes que me molestan son esos que sí entiendo.” En otras palabras, tratar de vivir por lo menos con los mandamientos más básicos de la Biblia puede ser abrumador. En las clases prematrimoniales nosotros alentamos a las parejas a comenzar por las cosas que son claras: amarse el uno al otro, perdonarse el uno al otro, cuidarse mutuamente, apoyarse mutuamente, llevar las cargas el uno del otro. Nosotros animamos a la gente a ver las maneras en que Dios nos llama a interactuar con todos los “unos a otros” en nuestras vidas. Es muy claro que Dios se preocupa profundamente por nuestras relaciones. Una vez que comenzamos a entender nuestra relación con nuestro Creador y Redentor, el próximo paso es amar a nuestro prójimo. Jesús nos dice en Mateo 22:37-38 que el primer mandamiento es amar al Señor con todo nuestro corazón, mente y alma. Y el segundo es similar: nuestro amor por Dios debe llegar a nuestro prójimo. Esperamos que ustedes sean animados a dejar que el amor de Jesús fluya en todas sus relaciones. Él tiene el poder para cambiar los corazones.
Steven y Deb Koster
Steven y Deb Koster sienten pasión por los matrimonios, las familias y el crecimiento espiritual en el hogar. Ambos trabajan en la Iglesia Cristiana Reformada en América del Norte. Steven y Deb Koster tienen tres hijos.