Salmo 103:1-18
¿CURA DIOS LAS ENFERMEDADES?
“Bendeciré al Señor…no olvidaré ninguno de sus beneficios. Él… perdona todas mis maldades…sana todas mis enfermedades”.
Salmo 103:2-3
Hace unos años, una mujer que fue diagnosticada con cáncer pidió que le ungieran con aceite y orasen por su curación. Esa tarde un grupo de cristianos se reunió en la sala de su casa para hacer lo que Santiago 5:14 instruye. Le ungieron con aceite, le pusieron las manos y oraron. Fue un momento de adoración muy conmovedor. Pero no hubo sanidad en su cuerpo. El cáncer no se detuvo, y ella murió tiempo después. ¿Por qué no hubo curación? ¿Qué pasó con la promesa del Salmo 103, que dice que el Señor sana todas nuestras enfermedades? ¿Es ésta una promesa vacía?
No nos equivoquemos. Dios sí lo hace, y nos sana del peor problema que es el pecado. Él no trajo sanidad física esa tarde para aquella paciente con cáncer, pero le trajo paz a su corazón. Le ayudó a superar su miedo a la muerte. Trajo sanidad a la familia ayudándoles a aceptar lo que estaba sucediendo. Recuerde, Dios tiene el poder de sanar en cualquier momento. Pero no solo lo hace a través de la salud física.
Los relatos de los evangelios de la vida y ministerio de Jesús (Mateo, Marcos, Lucas, Juan) mencionan innumerables veces en que Jesús sanó a las personas. Sus curaciones milagrosas son un anticipo de lo que está por venir, y algún día, cuando venga de nuevo, ciertamente sanará todas nuestras enfermedades (Apocalipsis 21:4).
Padre, ayúdanos a recordar que Jesús vino a sanar nuestras enfermedades, a creer que un día recibiremos sanidad completa. En tu hijo oramos, amén.