1 Juan 2:24-29
NO ESTAMOS SOLOS
“Pero ustedes tienen el Espíritu Santo con el que Jesucristo los ha consagrado”.
1 Juan 2:27
Nos preocupa la falsa enseñanza. Podemos reconocer al enemigo cuando ataca desde fuera, pero ¡qué difícil es identificarlo cuando lo hace desde dentro! No cuesta tanto trabajo distinguir la impiedad, pero sí la mentira mezclada con la verdad. Atraídos por una personalidad llena de carisma, absortos por su mensaje empalagoso, deslumbrados por un escenario espectacular, nuestras facultades de discernimiento terminan embotadas.
¿Estamos los cristianos realmente a merced de los engañadores? ¿No nos ha dejado Dios alguna ayuda para descubrir el error, y desenmascarar a los falsos maestros? Por supuesto que sí. Dios ha hecho morar el Espíritu Santo en nosotros para instruirnos “acerca de todas las cosas”. Se trata del Espíritu de verdad, el Consolador prometido por Cristo, que nunca ha desertado de su posición en nuestras vidas.
Existe mucho debate en cuanto a lo que el Espíritu hace o puede hacer en nuestras vidas. Pero hay una función esencial por la cual el Padre envió a su Espíritu Santo: “Permanezcan unidos a Cristo, conforme a lo que el Espíritu les ha enseñado”. Él hace muchas otras cosas importantes, pero su principal función es unirnos a Cristo, valorar su obra, depender de él. El Espíritu Santo no busca atraer la atención hacia él, sino hacia Cristo. Y unidos a Cristo, es más fácil descubrir la falsificación.
Gracias, Espíritu Santo, por guiarnos y empoderarnos desde dentro. Ayúdame a ver a Cristo, en toda su gloria para no ser deslumbrado por los falsos maestros. En su nombre, Amén.