06 de mayo del 2021
Lucas 14: 7-14
CONOZCA EL LUGAR QUE LE CORRESPONDE
“Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido”. Lucas 14:11
Es bastante común ver gente con actitudes arrogantes, gestos de desplante, y actos de prepotencia. A veces se golpean el pecho en señal de suficiencia como si dijeran: “Lo hice, lo logré, lo puedo todo”. Pero éste no es un comportamiento que Jesús espera de sus seguidores.
Cristo llama a los suyos a servir a las personas. Y eso envuelve respetar a otros y tratarlos con dignidad. Aunque no debemos confundirnos. Esto no significa que vamos a servir de escalera para que otros suban. Debemos entender adecuadamente lo que la humildad significa.
Jesús ilustró la humildad a sus seguidores en una forma práctica. Al ver cómo los invitados escogían los asientos de honor en la mesa, él advirtió a sus seguidores de no hacer lo mismo. Por un lado, corre uno el riesgo de pasar vergüenza en caso de que llegue alguien más importante y se nos invite a ceder el lugar. Pero, por otro lado, una actitud así no representa los principios del reino de Dios, que debe estar caracterizado por la humildad: “Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido”. Esta es una lección que no debemos olvidar. ¿Sabe cuál es la manera más certera de descubrir su lugar cuando uno se acerca a Dios? Arrodillándose ante él. ¡Piense en eso!
Santo y eterno Dios. Enséñame a conocer mi lugar en tu reino. Y también que yo pueda atraer otras personas a Ti. En el nombre de Jesús, Amén.
Se ha ido ya una quinta parte del siglo XXI y no volverá más. Y, para asombro de todos, la pandemia del Covid-19 ha terminado con millares de vidas. ¿Qué hemos hecho para que la obra de Dios sea conocida en todos los rincones de la tierra? ¿Cómo hemos contribuido para que la Palabra de Dios esté a la disposición de las personas? Entiendo que nuestro día a día esté lleno de tareas, de compromisos que cumplir y cuentas qué pagar... pero ¿qué hemos hecho por la obra de Dios y por la divulgación de su evangelio? Vamos a reflexionar un poco sobre este tema con algunos pasajes que nos ayudarán a responder a esta pregunta: ¿Qué es lo que Dios espera de cada uno de nosotros? Nuestro deseo es que seamos identificados como predicadores del Evangelio de la Salvación, del mensaje de vida por medio de Cristo que un día llegó hasta nosotros
Edison Souza
Periodista y presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas São Paulo, Brasil