Isaías 53:1-7
¡NO SOLO CARGÓ LA CRUZ!
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”
Isaías 53:6
La figura de la cruz está en todas partes: en el arte, en joyería, canciones, libros, películas y mucho más. Nos resulta una imagen tan familiar que a veces olvidamos el hecho de que Cristo efectivamente murió en una cruz.
La muerte por crucifixión era desagradable y ofensiva en tiempos de Cristo. Los romanos la reservaban para los peores criminales, y los judíos consideraban maldita a una persona que era colgada de un madero (Deuteronomio 21:23). Eso era un impedimento para que israelitas fieles aceptaran el evangelio, a menos que, como en el caso de Pablo, se convencieran de que a ese Cristo que habían crucificado, Dios lo había resucitado. 
La cruz de Cristo no ofende hoy a mucha gente. Pero la profecía de Isaías acerca de la muerte de Jesús nos recuerda la importancia de su sacrificio. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados… Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”.
La cruz fue obra nuestra. El viernes santo Jesús murió por nosotros y en nuestro favor. Fue crucificado para salvarnos cuando estábamos perdidos en el pecado. Meditemos hoy en el sacrificio de Cristo en la cruz y dejemos que su mensaje penetre en nuestro corazón. 
Padre celestial, nuestra esperanza está en el sacrificio de tu Hijo. Estamos humildemente agradecidos. En el nombre de Jesús, amén.