Juan 13:1-11
AMOR PERSEVERANTE
“Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin”.
Juan 13:1
¿Quién podría describir el amor de Cristo, ese amor que nos constriñe? ¿Quién podría, con exactitud, identificar las virtudes de ese amor? El apóstol Juan, el discípulo amado, señala que el amor de Jesús por sus discípulos fue perseverante, pues siguió amando a los suyos que estaban en el mundo, y los amó hasta el fin. Los amó hasta el fin no porque ellos correspondieran a su grande amor. Los amó hasta el fin no porque ellos merecieran su inmenso amor. Los amó hasta el fin no porque comprendieran su amor perseverante.
Sobre Jesús se proyectaba la sombra de la cruz, y, aun así, sus discípulos se disputaban entre sí las posiciones de privilegio. Jesús iba a ser entregado en manos de pecadores, traicionado por uno de sus propios discípulos. Jesús estaba a punto de ser apresado en el Getsemaní y sus discípulos se dispersarían movidos por la cobardía. Jesús iba a ser juzgado por los líderes de Israel y uno de sus discípulos le negaría cobardemente, después de haberle prometido fidelidad incondicional.
Jesús estaba consciente de que sería apresado, juzgado, condenado a muerte, y muerte de Cruz, y, aun así, no intentó salvar su vida, sino se entregó por nosotros. ¡Oh, sublime amor! ¡Oh, inmerecido amor! ¡Oh, incomparable amor! Amor que sufre, que sangra, que muere en favor de su pueblo.
Gracias, Señor por amarnos inagotablemente. Ayúdanos a entregar nuestra vida en completa obediencia a ti. Amén.