29 de enero del 2021
Juan 14:16-31
DISFRUTE LA VERDADERA PAZ
“Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo”
Juan 14:27
La paz no es la ausencia de tempestad. Es la confianza en Dios a pesar de la tempestad. Los discípulos estaban con el corazón turbado. Jesús ya les había dicho que los dejaría y volvería a su Padre. Él también les había hablado de la traición de uno de ellos, y cómo los demás le abandonarían al verle herido. En medio de la tempestad del dolor, Jesús les ofrece su paz. Esa paz no es una conquista humana, sino un obsequio divino.
El mundo tiene una paz, pero ésta es solo una copia burda de la paz verdadera. Es si al caso una tregua. Es una paz postiza que no puede calmar los vendavales de la vida. La paz del mundo anestesia al hombre por un momento, pero no serena su alma. La paz del mundo huye de los problemas en lugar de enfrentarlos. La paz de Jesús es algo que el mundo no conoce, y, mucho menos, puede ofrecerla.
Esa paz está más allá de nuestra comprensión. Es una paz que coexiste con el dolor. Prevalece en medio de las lágrimas y no nos abandona en el día del luto. Esa paz es un centinela en su mente y en su corazón. Blinda su razón y sus emociones. Esa paz es el cielo bajando a la tierra para invadir su mente y su corazón con la presencia del propio Dios de paz. Esa paz, ahora mismo, puede ser disfrutada por usted que cree en Jesús. ¡No viva afligido, disfrute la verdadera paz!
Gracias, Jesús, por permitirme disfrutar de tu paz. Es maravillosa lo mismo que tú que me la has dado. Amén.
Estamos comenzando el año de 2021. En el año que concluimos tuvimos luchas inmensas, descendimos a valles oscuros, cruzamos desiertos tórridos y atravesamos pantanos peligrosos. Ahora, nos adentramos en los umbrales de un año más, trayendo en el equipaje muchas expectativas y no pocos temores. No se deje vencer por el desánimo. No sucumba al pesimismo. Sepa que Dios está sentado en su trono, tiene las redes de la historia en sus manos y gobierna a las naciones. Al mismo tiempo, ese Dios soberano se preocupa por usted, con sus luchas, sus sueños y sus necesidades. Coloque su carga a sus pies. Descanse en su cuidado, lleno de ternura. Él le ama a usted, trabaja en usted y le conducirá en victoria. Lea cada devocional con el alma sediente, con el corazón abierto a todo cuanto Dios preparó para usted. En la mesa del Padre hay pan en abundancia. En la presencia de Dios hay delicias para siempre. ¡Buena lectura!
Hernandes Dias Lopes
Es casado y tiene dos hijos. Es pastor presbiteriano, conferencista, autor y presentador. Tambien es director del Ministerio en Português “Luz para el Camino”, en Campinas, San Pablo - Brasil.