02 de noviembre del 2025
Génesis 1:20-26
LEVANTA LA MIRADA
“Dijo Dios: Produzcan las aguas […] aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos”. Génesis 1:20
Hay momentos en que la vida da giros inesperados. Piense en la gente que ha crecido rodeada de campos abiertos, cielos despejados y sonidos tranquilos. De repente, un día tiene que mudarse a la ciudad y lo que encuentra son edificios altos, concreto por todos lados, un ruido que no cesa, y una sensación de desorientación. Es fácil sentir que has perdido el rumbo o que has dejado atrás algo valioso. Pero incluso en medio del bullicio urbano, si levantas la mirada, verás que Dios sigue hablando. Las aves que vuelan en la expansión de los cielos —las mismas que Dios creó desde el principio— siguen ahí. Están en los árboles de los parques, posadas en los cables de luz, dejando oír sus cantos a través de tu ventana. Y algunas de estas aves se han adaptado admirablemente a su nuevo estilo de vida. Dios, que en el principio llenó los cielos con alas y trinos, sigue recordándonos que su presencia no se limita al campo o a los paisajes tranquilos. Él está también en medio del asfalto y la prisa. Aun si te sientes fuera de lugar, mira a tu alrededor. Hay belleza, hay provisión, hay señales del cuidado de Dios por toda su creación… incluida tu vida. Así como Él se deleitó en llenar los cielos con aves, también se deleita en llenar tu día con esperanza. No importa dónde estés, levanta la mirada. Dios sigue allí.
Amoroso Dios, gracias por las aves que nos recuerdan tu cuidado constante. Ayúdanos a ver tu provisión en nuestras vidas y apreciar las oportunidades que nos das. En Cristo, Amén.
Jesús dijo: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:26). Además de muchas otras cosas de la creación, como las rocas, los árboles, el agua y las flores del campo, Jesús nos hace un llamado a prestar atención a las aves para reflexionar y comprender mejor el amor y el cuidado que Dios tiene por nosotros. Dios ha hecho de las aves una parte hermosa de su creación. También son símbolos y ejemplos de su gran historia de redención, recordándonos la presencia de Dios y la paz que nos trae. En su gracia, Dios nos habla a través de su maravillosa creación para que podamos participar plenamente en sus promesas.
Julia Prins Vanderveen
Trabaja y vive en Vancouver, Columbia Británica, con su esposo, Trevor, y sus tres hijos. Julia ha trabajado junto con su esposo pastoreando una iglesia en Vancouver. También es capellán y profesora de humanidades en la Escuela Cristiana de Vancouver.