29 de diciembre del 2025
Isaías 26:1-6
UNA PAZ SIN FECHA DE CADUCIDAD
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”.
Isaías 26:3 RVR60 ¿Eres de los que se acuerda de Dios solo en los momentos pico? Es fácil buscarlo cuando el calendario marca días importantes, cuando la emoción sube o cuando las crisis nos apremian. A veces hasta parece un ritual de fin de año: hacer una oración, visitar una iglesia, hacer promesas… y volver a lo mismo. Pero este versículo no está dirigido a quienes se acercan a Dios por costumbre o impulso. Está dirigido a quienes han decidido mantener su pensamiento fijo en Él, a quienes han hecho de Dios el centro de su confianza no solo en los días especiales, sino cada día. La promesa es clara y poderosa: “completa paz”. No se trata de una calma superficial ni de un alivio momentáneo. Es una paz que sostiene, que guarda y que permanece. Isaías no está hablando de una técnica de relajación ni de un escape emocional. Está apuntando a algo mucho más profundo: una vida anclada en Dios. El versículo que sigue lo refuerza: “Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos” (v.4). Esa es la clave. Una mente y un corazón firmemente anclados en Dios. Esa es la fuente de una paz que no se acaba. Hoy es un buen día para decidir si seguiremos buscando a Dios solo en los días festivos… o si le entregaremos nuestra mente y nuestro corazón cada día.
Padre celestial, reconozco que muchas veces me acerco a ti solo en los momentos de crisis o emoción. Hoy quiero hacer de ti mi ancla, la fuente de mi paz diaria. Por Jesucristo, amén.
Cada vez que abrimos el Nuevo Testamento, lo primero que encontramos son los evangelios. Y tiene mucho sentido, porque allí se nos narra la venida, vida, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, mucho antes de que Él apareciera en la historia, ya había una voz que anunciaba con claridad sorprendente los eventos que estaban por venir. Esa voz fue la del profeta Isaías. Por eso, no es de extrañar que muchos se refieran al libro de Isaías como “el quinto evangelio”. En sus páginas encontramos no solo advertencias de juicio, sino también promesas de restauración, consuelo y esperanza. Isaías no solo anticipó el sufrimiento del pueblo en el exilio, sino también la venida del Mesías, su nacimiento virginal, su ministerio, su pasión y su gloria. En este tiempo del año, cuando el mensaje de la venida de Cristo se escucha por todas partes, te invitamos a detenerte y dejar que las palabras de Isaías hablen a tu corazón. Que su mensaje sea para ti, no solo poesía antigua, sino buenas nuevas vivas, que alientan, consuelan y apuntan con poder a Jesús, nuestro Salvador.
Huascar de la Cruz
Es casado y tiene 4 hijos. Ha sido pastor en México por largo tiempo, y en la actualidad funge como director de Ministerio Reforma.