“Mi espíritu está en pie”, afirma el pintor Melvin Gómez

En tres años ha pintado decenas de obras, a veces lo hace con un estilo abstracto y otras costumbrista, algunas de sus pinturas reflejan fuertes mensajes sociales.

Susana Barrera
San Salvador, lunes, 25 de marzo de 2013

 

 La mayoría de ellas han sido vendidas o se exponen en algunas galerías. El artista es un joven de 19 años de edad, de origen humilde y quien confiesa que “Dios le ha dado una segunda oportunidad”.  Melvin Gómez es un joven con discapacidad, que perdió la movilidad de sus piernas víctima de la delincuencia que azota a El Salvador.

“Puede que ya no pueda caminar, pero mi espíritu está de pie, no ha sido fácil y habido momentos de quebrantamientos, y he cuestionado a Dios el por qué a mí, pero sé que tiene un propósito; ahora pinto con disciplina y he descubierto amigos”, dice Gómez, entre sonrisas y a veces sollozos.

No bautiza sus obras, a la única que ha nombrado es a “El silencio tiene su fin”, como una forma de reivindicar la justicia. Su aspiración es seguir pintando con un estilo libre y se inspira en los afanes cotidianos y en su pueblo natal, Huizúcar, municipio del paracentral departamento de La Libertad, caracterizado por su extensa vegetación, ríos y colonial iglesia.

Melvin Gómez estaba en el lugar y el momento indicado donde trataba de festejar un nuevo logro junto a amigos, la orilla de un río, como es costumbre en los pueblos. Por infortunio una bala alcanzó su columna vertebral en 2009, cuando tenía solo 16 años de edad.  Y ahora, tras superar varias fases del letal momento que cambió su vida y desde su morada de sistema de bahareque (lodo y vara), hace citas con sus musas y se expresa a través del arte, de la plástica. Hijo de madre soltera, con los pocos ingresos que recibe por sus pinturas, sostiene su vocación y aporta al hogar. Para el joven, su madre y sus hermanos son parte del equipo de su vida.

“He  leído mucho, he visto personas con discapacidades más complejas que las mías, personas que son cuadripléjicas o que dependen de un tanque de oxígeno, y me siento afortunado porque yo recibo el aire gratis y todos los días, y estoy convencido que no se trata de lo que perdí, sino de lo que gané, estoy alegre y creo en las probabilidades y oportunidades”, dice el artista que depende de una silla de ruedas para trasladarse.

Melvin ahora se relaciona con músicos, pintores de larga trayectoria, artesanos, maestros, academias, salas de arte… “soy afortunado porque siempre me encuentro con personas que me muestran su afecto, rotundamente soy parte del plan de Dios y es a través de la pintura que soy independiente”, expresa el joven.

En este mes de febrero, en la conocida Casa del Artista Plástico, en la colonia Miramonte, en San Salvador,  se exhibe su muestra “figura humana”, impresionantes siluetas femeninas, en tonos terracota, ocultando sus rostros que son responsabilidad del creador que está ampliando sus horizontes.

Acuarelas, relieves, colores, oleos, objetos, bodegones, figuras humanas, técnicas son palabras que forman parte de su jerga diaria. Melvin, además, está buscando oportunidades de estudios universitarios fuera de su país para cualificarse, y ahora es un aspirante de Colegios Unidos del Mundo.

Marcado por la tragedia, motivado por la pintura, Melvin Gómez colorea su vida con sonrisas y optimismo, mientras asiste a la Iglesia de las Asambleas de Dios en El Salvador.

 

Fuente:  Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC)